miércoles, 30 de diciembre de 2009

Día 9, Caucasia - La Pintada

Miércoles, 30 diciembre 2009

Me levanté a las 5:15, un poco cansado debido a que no había pasado buena noche, el cuarto estaba demasiado caliente, y el ventilador y las ventanas abiertas no ayudaron en mucho, a veces se me dificultaba respirar, fue un alivio pensar que estaba amaneciendo y era hora de salir, no me tarde mucho en arreglarme, faltando diez minutos para las seis estaba en el parqueadero ajustando las alforjas y la maleta, me puse la chaqueta, el peto y salí con rumbo sur.

A las afueras de Caucasia me detuve para llenar el tanque y buscar dónde y quién podría cambiarme el aceite, sin embargo, no encontré del tipo de aceite que utilizo para la motocicleta, mientras conducía pensaba en almorzar en el mismo parador de días atrás y en la búsqueda de hospedaje, definitivamente no sería Medellín, pero eo dependería del tiempo que me llevase viajando.

Aun no llegaba a la zona montañosa antioqueña y el cielo se encapuchaba con cada kilómetro recorrido, de pronto llovió, me detuve y comencé a desempacar y colocarme el impermeable en medio de la lluvia, fue entonces que un motociclista que venía en sentido contrario hacía sonar el pito y al verlo me hacía un "NO" con la mano , el mensaje parecía claro, mas adelante no llovía, regrese a la moto y aceleré un poco para no mojarme demasiado con la llovizna, casi 500 mts adelante llovía fuertemente, nuevamente me bajé alcancé a ponerme las botas y de nuevo un motociclista que venía en sentido contrario me gritó que a unos 200 mts no caía una sola gota; me estaba mojando el pantalón, me monté en la moto y efectivamente a menos de 200 mts el asfalto no mostraba rastros de húmedad, no obstante, de cintura para abajo ya estaba mojado y me preocupaba el clima que venía en camino, por suerte el Sol comenzó a brillar (siempre es así) y en Pto Valdivia ya se había secado mi pantalón.

El alto de Ventanas estaba claro, no había niebla como en el viaje de ida, la subida fue bastante simple, aunque las curvas seguían siendo muy cerradas; en lo alto, el Ejercito montaba guardia.


10:22


10:22, Bajando del Alto de Ventanas

Junto a un taller en el Yarumal tuve que detenerme para contestar una llamada de trabajo, fue un poco difícil acomodarme porque todo el terreno esta inclinado y no quería que se complicara la encendida del motor, retomé el paso e hice una última toma desde abajo, para la próxima ocasión necesito algo con mejor resolución, que vaina!


10:54, Yarumal desde abajo


10:55


10:56, esta la tomé de espaldas.

El descenso lo había comenzado hace más de treinta minutos, pero el frío era intenso, creo mucho mayor que el viaje de ida, sentía las manos heladas bajo los guantes y me detenía constantemente para apretar las mangas de la chaqueta y que el viento no llegará al pecho.

El hambre me estaba tirando y no encontraba un lugar apropiado para almorzar, me orillaba cerca a sitios donde estaban parqueados camiones, pero no se veían buenos, hasta que en Betania frente a una planta de procesamiento de productos lácteos terminé a parar, dos motocicletas de alto cilindraje estaban estacionadas, cuando me bajé los conductores salieron del restaurante y se montarón en ellas, prendieron motores y se fueron, quedé solo en el restaurante, mejor para mí; un hombre, supongo que el dueño, se me acercó y me recitó el menú, pedí algo con champiñones y tomé el baño para arreglarme un poco y lavarme las manos. La cuenta fue un poco alta, de acuerdo a lo que tenía presupuestado para este almuerzo, le pedí ayuda al caballero para escoger un hotel, aclarandole que éste no fuera en Medellín y el me afirmó que me quedase en Bello, "Medellín era mas tumultuoso". Salí de allí pensando en llegar a Bello, descansar un poco y salir de noche para ver más de la ciudad.


13:28, pasando Betania

Cerca Medelllín, creo yo, me tope con un grupo de amantes de los parapentes y cometas planeando entre las montañas, lamentablemente, en estas fotos no se puede distinguirlos; mmm, esto me hizo recordar cual fue mi motivo inicial de comprar la moto.


14:05


14:05


14:06

Alrededor de las 15:30 ingresaba por la autopista a la ciudad de Bello, luego esta desemboca en una vía mas bien estrecha y semaforizada, con varios talleres a un lado de la calle, no me gustó el aspecto de ésta, las calles alternas se inclinaban y subían a la montaña, no quería perderme aquí y menos en terreno inclinado, continúe y a un paso de tomar la autopista dentro de Medellín me detuve para preguntar en un taller el reemplazo del aceite del motor, la respuesta que obtuve fue otro "NO" con la mano y un gesto para me quitara de allí; más adelante le pregunté a un peatón la dirección para salir al sur, recibí otra respuesta que me dejo inconforme, el tipo parecía que no sabe en donde esta parado.

Que gente, ni siquiera en Bógota me había sentido de este modo, "una vez es accidente, dos son casualidad, pero tres son CONSPIRACIÓN", y eso que tengo cara de paisa, toda mi ascendencia es antioqueña; no tenía otra alternativa, tenía que salir de allí rápido, pero no fue suficiente ya que recibí un buen susto: en la autopista el tráfico funciona como en la selva "sobrevive el más fuerte y el más veloz", pues me pasó que eran lento e iba en moto siempre en el carril derecho de la vía lenta, una camioneta me cerró el pasó justo antes de pasar un puente sobre un río, tuve que frenar en seco o me voy a caer al fondo y termino dandome un baño; no soy creyente, pero sí alguien creyente lee esto, es bueno que se encomiende y conduzca muy prevenido, porque ésto último es lo que lo salvará en situaciones de peligro.

Atravesé la ciudad, el edificio Coltejer se convirtio en un hito para no perderme y observaba detenidamente la señalización, sobre la autopista, casi oculta por el smog impregnado durante años, parecía estar en la dirección correcta, para mayor seguridad le pregunté a un trabajador de una estación de servicio, el hombre muy cortés me indicó un semáforo más adelante y un giro a la izquierda, salí confiado pero al llegar al semáforo reconocí que no le había entendido, porque no podía girar a la izquierda, era contra vía. Cinco minutos después la carretera iba en ascenso, pero no lo reconocía como el municipio de Caldas, por el contrario un aviso decía Itagüí y la Estrella, ahora si que estaba perdido.

Me estacioné sobre un negocio lleno con mesas de billar, pedí prestado el directorio y busqué un sitio cercano para hospedarme, eran la 17:00 pasadas, encontré nada y le pregunté al hombre que atendía:
-Buenas tardes, cuál es la salida para la ciudad de Cali?- yo,
-Siga por allí y sí quiere quedarse hay muchos hoteles-el señor; no capté lo que quería decirme y pregunté de nuevo:
-Entonces por esta vía llegó rápido a La Pintada?-
-Que si, es zona turística!-me contestó toscamente.
Le hice caso, y en menos de cinco cuadras regresé despavorido, la carretera es angosta, llena de buses y la gente se atravesaba sin miedo, puede ser turístico, pero no me gustó, además tenía afán de salir a Caldas, al pasar nuevamente por el local en sentido contrario pude ver un cartel a baja altura, oscuro por la mugre y mimetizado entre los árboles que decía: "Caldas".

Conseguí llegar a la variante de Caldas, la misma por la cual se ingresa a Envigado y posteriorente a Medellín, el tráfico un poco lento, debido a las reparaciones que estaban realizando en la carretera frente a la ciudad, no fue problema, pero el ascenso al Alto de Minas si; en las curvas muy cerradas me veía obligado a frenar y la motocicleta perdía impulso, en 2 apenas podía avanzar y todos los autos que adelantaba volvían a pasarme, para dejarlos tomar ventaja y no encontrarlos nuevamente me estacione a la izquierda junto a una caseta, había un campero estacionado allí, parecía un restaurante y estaba cerrado, el frío, el silencio, el brillo mortecino y azuloso, los árboles, la sombra que todo lo cubría y la carretera desierta me hicieron sentir como en una escena de los X files, faltaba que un alienigena saliese de entre los árboles llevando consigo las personas del campero en bolsas... no espere a que ocurriese y aceleré de nuevo. Bye, Tv!

El descenso fue divertido hasta que llegaron las 18:30 y todo se puso de color negro a menos de tres kilómetros de La Pintada, muy lentamente descendía y procuraba poner las luces bajas cuando un auto en contravía me viese, para recordarle que también yo necesitaba ver el camino.

Me estacione en el mismo sitio de hace nueves días atrás, pedí una malta y un directorio telefónico, éste último lo obtuve en una droguería a dos locales de allí, llamé a un par de sitios muy económicos, finalmente me decidí por un hotel a 2 kms a las afueras de la ciudad regresando por donde había venido; el señor de la droguería me lo recomendó cuando me vio llamando buscando sitio, me mostró la ubicación de los hoteles mas cercanos y me indico las incomodidades de ellos, el ruido, por ejemplo.

Fue sencillo ubicar la entrada al hotel o casa-finca en medio de la noche, pasé los trescientos metros de vía carreteable, desmonte alforjas y maletas de la moto y escogí una habitación con aire acondicionado, me duché y regresé al pueblo para cenar, llamé a casa para informar que estaba todo en orden y que el día de mañana estaría en Cali después de las cuatro de la tarde.


19:19, Restaurante en La Pintada

  • Gasolina $15000
  • Almuerzo $13500
  • Cena $6000
  • Hotel $40000
  • Kms
  • 10 horas y treinta
  • Caucasia-Tarazá-Valdivia-Alto de Ventanas-Yarumal-Matias-Bello-Medellín-Caldas-Alto de Minas-La Primavera-Santa Barbara-La Pintada

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