sábado, 27 de agosto de 2016

Ha pasado año y medio y no sé cuantos días -ya olvide sumar y la calculadora del Nokia no le funciona ni el 2 y el 6- las facturas que guarde para dejar un registro exacto de gastos se han puesto blancas y los precios están ilegibles, casi invisibles, al "Face" fueron a parar unas cuantas fotos que se cuenta con los dedos de una mano, dedos , no falanges, y las que aun conservo le he creado varias copias de seguridad para evitar perdidas por errores estúpidos, tales como formatear un disco duro y luego en el proceso de recuperación dejarlo al cuidado de un neófito, es por esto y por solicitud muy especial retomo el blog y subo a ellas todas las imágenes que capture en la "Ciudad Maravillosa"


Lunes:
En la  mañana y al estilo muy colombiano, dejando todo para el ultimo momento, fui a recoger mi carné del COPNIA y a buscar el antifaz que había comprado a través de la Internet, cerca del medio día un tanto angustiado por algunos detalles económicos que me torturaban mentalmente, saque unas copias de los documentos importantes y regrese en volandas a casa para formatear una memoria USB que conecte a un equipo en la calle, muy posiblemente infectado de algún virus, pero dentro de la angustia por la hora, los ya mencionados detalles económicos y que la maleta de 35 lt deformada ya parecía un balón, cometí el error de dar formateo al disco duro extraible y no a la memoria, alrededor de 150 Gb de música recopilada en 8 años de torrents, megaupload, rapishared y otras mas paquidermicas, cientos de fotos y vídeos, incluidas las del concierto de los Pet Shop Boys en Bogota, que desastre para la moral...

Lunes, como que todo los artículos electrónicos estaban en complot contra mi, en el aeropuerto de El Dorado, sentado en el corredor a la sala que a las 6 pm aun permanecía cerrada, el celular que no tenia 8 meses de uso se negaba a funcionar, al encenderlo después de haberlo dejado apagado durante el vuelo Cali-Bogota se reiniciaba una y otra vez, para poder llamar a casa tuve que retirar la micro SD y las Sim, no sospechaba las sorpresas fuera de Colombia que me tenia el Motorola G. el insignia barato de ese entonces.

Estaba desorientado, nadie me daba una información correcta a cerca del impuesto de salida, completo ignorante, ya me sentía fuera del país y los que funcionarios no entendían nada de lo que preguntaba, recorrí el muelle por completo al menos dos veces hasta que la sala de espera abrió sus puertas, agotado y frustrado me senté y espere, poco a poco fue creciendo el numero de personas, sin embargo, nunca fue el que yo esperaba, le consulte a la muchacha encargada de Avianca sobre el impuesto y pude descansar, cerca de las once pasamos abordo y el vuelo comenzó. Cinco minutos en el aire y el avión comenzaba a agitarse violentamente.

De compañeros de fila, obviamente yo en la ventanilla, me toco una pareja que después de constatar que el vuelo iba casi vacío cambiaron de silla y me dejaron solo, tres sillas solo para mi. Trate de ver algunas películas sin éxito, Las tortugas ninja fueron un asco, ademas que cada vez que saltaban entre los edificios me recordaban que estaba en el aire y me entraba una sensación de vértigo, puse en el audio el ultimo episodio de mi podcast favorito "La Buhardilla 2.0" pero no escuche nada, el avión se agitaba de cuando en cuando y aunque dentro aquellas turbulencias eran ligeras, los light chops y ese maldito calor no me dejaba pegar pestaña, NUNCA HUBO AIRE ACONDICIONADO, al parecer era la fase de preparación para el calor infernal que había Rio, en ocasiones revisaba el mapa de vuelo para constatar la hora y las distancias recorridas, cerca de media noche cruzamos la frontera.

No hubo fotos durante este día, todo fue carreras, agitación, errores, complot electrónico, agotamiento y mucho calor: en Cali y el vuelo Bogota - Rio.




jueves, 11 de agosto de 2016

La historia del enchufe...misterioso




Todo andaba en orden para terminar un día mas de un viaje de trabajo y después de solicitar ayuda sobre donde quedarme al taxista, me ha dejado en un hotel de apariencia tenebrosa y oscura. Al cruzar el pórtico un olor desagradable llega a mi nariz, no obstante, ya estaba demasiado cansado y hambriento como para arrastrar unos metros mas la maleta de viaje o lastre que me acompaña desde hace casi 7 años, -ya se imaginaran el estado de aquella- ¡en fin!. Con la ayuda de un hombre que ayudo a cargarme los encartes, me dirigí al cuarto después de la obligada anotación en el libro de registro de huéspedes. Tras pasar la recepción, un ambiente que era a la vez un restaurante bastante amplio y con un techo alto y lleno de telas de araña, pasamos a otro salón también muy amplio, seguido de un pasillo de unos cinco metros de profundo que es contiguo a una cocina enorme, para luego salir a una especie de solar -en terminos de mi abuela-, un espacio  de  al menos mil metros cuadrados con un cuarta parte cubierto de arboles y la otra que parece hace las veces de parqueadero. Caminamos al menos unos diez metros y giramos a la izquierda hasta llegar a un par de edificios de dos plantas los cuales eran los cuartos para los huéspedes.  El cuarto en cuanto detalles es bastante simplón comparado con el precio a pagar, descargue unas cosas y salí a cenar.

Regresado al cuarto, con el estomago a rebosar -tema que no debe ser-, busco el toma corriente mas próximo a la cabecera de la cama para conectar el portátil y el celular que estaba agotado, a mi izquierda junto al nochero encuentro un toma corriente doble, pero tenia un socket ocupado. Mmmmm, me genero algo de sospecha pues alrededor no hay ningún tipo de lampara, radio, reloj, televisor o algún otro tipo de electrodoméstico que exigiere energía para su funcionamiento. Le hago un breve seguimiento del cable a través de la pared, sobre la ventana y al llegar a la puerta sobre el mismo costado, el cable desaparece para sumergirse en el patio, obviamente, en la oscuridad de la noche era prácticamente imposible saber hacia donde se dirigía y carecía de linterna pues la batería del celular estaba agotada, fui al toma y saque apresuradamente el enchufe y me asome a través de la ventana para poder ver si una lampara se habría apagado o alguien reclamaba aireado. Pero no. En el exterior no hubo ningún cambio. Al final, pase la noche un tanto incomodo por la llenura que me generó la cena.

En la mañana de regreso a la habitación después de visitar  a uno de los clientes y para recoger el lastre de la maleta, me tocan a la puerta, era la administradora del hotel y unos operarios del Internet de la ciudad. La señora se mete al cuarto y exclama que porqué le había desconectado el cable. Resultó que al bendito enchufe estaba conectado el módem de la zona del restaurante y los había dejado sin señal desde la noche de ayer.

Otro misterio resuelto.



"Cuando la producción creativa es menor, la foto se encarga de ocupar mayor espacio"