sábado, 24 de diciembre de 2022

ENTREVISTA A UNA SEÑORA DE VERMONT

Imágenes y textos tomados de "pelidetarde.com", hay excelente material para leer allí.


Si algo nos han enseñado las películas de sobremesa navideñas es que el 24 de diciembre de cada año las calles de los pequeños pueblecitos de Vermont se llenan de exitosas empresarias de ciudad que no creen en la Navidad y que, casualmente, sufren un leve accidente de coche. Entonces, los numerosos veterinarios locales salen en masa a socorrerlas e intentar devolverles el espíritu navideño perdido.

Vermont es un estado del noreste de EE.UU., el sexto menos extenso y el segundo menos poblado de los estados que conforman el país, conocido por su montañosa orografía y sus pequeñas y encantadoras aldeas (ninguna localidad supera los 45.000 habitantes). Si algo nos han enseñado también las pelis de sobremesa, es que los vecinos de Vermont son unos fanáticos de la Navidad, como una especie de secta adoradora de Santa Claus. Sin embargo, no todos están conformes con la invasión de empresarias y veterinarios que sufren anualmente.

Hemos conseguido hablar con una señora oriunda de Vermont (ha querido mantener el anonimato), quien regenta desde hace muchos años una pequeña tienda de galletas y cupcakes, para que nos hable sobre cómo le afecta este fenómeno migratorio estacional.

– Usted es de Vermont, ¿verdad?

Sí, de Vermont Vermont. Nacida en uno de sus numerosos pueblecitos, cuyo nombre no quiero revelar para evitar polémicas con los vecinos, por si mis declaraciones en esta entrevista resultan incendiarias. He crecido aquí y apenas he visitado otros lugares. Tengo demasiado trabajo en mi pastelería, un negocio familiar con años de tradición. Y luego está la Navidad, que comenzamos a prepararla casi en abril.

Un pueblo cualquiera de Vermont en junio. Imaginad cómo será en diciembre.

– El principal motivo de esta entrevista es preguntarle acerca de la invasión de exitosas empresarias de ciudad, o de reporteras, o de escritoras que regresan, desganadas, a su pueblo natal, y que tienen un flechazo correspondido con un veterinario local (a veces, resulta ser su ex de instituto). ¿Qué opina de ello?

Pues estoy hasta la coronilla, por no remitirme a otra parte de mi cuerpo que empieza por la misma letra, usted ya me entiende… (susurra: «coño»).

Esta nueva moda de buscar el amor en Vermont está acabando con nuestra tranquilidad. A pesar de mi edad, sé que los jóvenes tienen otras formas de relacionarse, como el Tinder ese. Pero venir aquí, fingir un accidente, los otros abriendo clínicas veterinarias… es lamentable.

– ¿A qué se refiere con «fingir un accidente»?

En la avenida principal de mi pueblo, los 24 de diciembre se producen «accidentitos» en masa. Miles de mujeres solteras provenientes de diferentes ciudades colapsan la vía, alegando sufrir una avería en el coche. En la mayoría de ocasiones es un simple pinchazo o que el motor echa humo por cualquier tontería. Pero todo provocado por ellas mismas. Buscan un perjuicio leve, barato de reparar, porque los seguros ya no cubren este tipo de incidencias en Vermont. No les compensa.

Dramatización de un accidente de coche en Vermont.

– ¿Y qué pretenden conseguir con ello?

Pues ser socorridas por algún apuesto veterinario.

– Habla usted de miles de mujeres. ¿Hay tantos veterinarios en su pueblo?

¡Tantos y más! El 80% de los locales comerciales son clínicas. Aunque no hay trabajo suficiente para todos, porque el número de animales es limitado.

Muchos hombres solteros vienen de la ciudad, alquilan una tienda, le ponen el rótulo de «Veterinary Clinic», y la dejan cerrada hasta diciembre, que es cuando se «activan». Eso sí, hemos tenido que crear un colegio de veterinarios en cada pueblo, para inscribirlos a todos.

Resulta un ritual de apareamiento patético a los ojos del resto de vecinos.

– ¿Y a ustedes, en qué les afecta?

Además de las clínicas veterinarias, la mayoría de mujeres de ciudad que se terminan estableciendo aquí optan por abrir una tienda de cupcakes. Aunque no tengan ni idea de repostería, tanta competencia va a terminar arruinándome.

El resultado es que en el pueblo apenas tenemos tiendas normales: ferreterías, fruterías, supermercados… El desabastecimiento en Navidad es brutal, por la imposibilidad de los transportistas de acceder al pueblo, a causa de los numerosos coches accidentados de las mujeres de ciudad que bloquean la entrada. Eso sí, los de los talleres cercanos están encantados.

«Son insufribles», asegura la señora vermontesa (¿o vermontiana?)

– Al menos, los foráneos se comportarán bien, ¿no?

¡Qué va! Son insufribles. Los veterinarios parecen los hombres perfectos, pero solo en presencia de las accidentadas de ciudad. El resto del tiempo son unos pedantes vanidosos que no saben ni curarle una diarrea a un gato. Mi primo le llevó a uno de ellos a su oveja con una pata rota y el presunto veterinario le puso una tirita. ¿Qué te parece?

Y ellas, siempre desencantadas con la Navidad, con el cuento de que ya no creen en el amor, que si tuvieron un trauma no sé cuándo y por eso ya no cantan villancicos…

¡Es que nos amargan de verdad! Aquí éramos felices disfrutando de la Navidad. Como mucho, se nos colaba algún príncipe de un país centro europeo, que venía a pasar las vacaciones de incógnito, y que se enamoraba de alguna muchacha que regentaba un hotelito de madera, muy bien adornado. O un viudo con hijos que se enamoraba de una vendedora de árboles de Navidad. Eso es tolerable. Pero ahora mismo, soy yo quien está empezando a perder el espíritu navideño, ¡y no pienso recurrir a ningún veterinario para recuperarlo! Maldita gentrificación…

Imágenes y textos tomados de "pelidetarde.com"

domingo, 4 de septiembre de 2022

 Esta es una entrada del año anterior, la tenia perdida en un chat conmigo mismo y al cambiar recientemente de celular la he encontrado:

[8/8/2021 9:25 p. m.] En diciembre del 2014 salí de vacaciones y el lunes 21 de ese mes partía rumbo a Río de Janeiro, recuerdo que me perdí en la terminal de transportes y que para colmo no tenía señal de Tigo, los cuales, me juraron que tendria internet y minutos en Roaming los cuales nunca existieron...pero si me cobraron; retomando, al ver que no poseía forma de comunicarme con Verónica en Río de Janeiro, trate de adquirir una simcard y encontré que el tema de adquirirlas no es tan simple como en nuestro hogar: Colombia, entonces busque una sala de internet para acceder al carelibro y me encontre la perla que debía dejar copia de pasaporte y al acceder, registrar todos mis datos personales como ciudadanía, número de pasaporte y otros que en el momento no recuerdo, todo ello para hacer un rígido seguimiento a las redes y evitar que delincuentes informáticos hagan de la suya, así mismo es con la sim, debes adquirirla en plan, nada de SIM desechable y con ello reducen el tema de fraude telefónico, no como en, nuevamente nuestro hogar: Colombia, dónde es tan senciloo delinquir y parece que las normas estuviesen hechos a la medida del delincuente. Roban los ricos, roban los de estrato medio y roban los pobres. A continuación el porque de ese recuerdo en Brasil.

 He publicado varias veces en OLX, el piano,  una bicicleta, una caminadora y una piscina. Solo vendí las dos últimas, por la bicicleta nunca llamaron y por el piano se estaban poniendo muy descarados con las ofertas que al final decidí mejor quedarme con él.

En todos los casos he dejado mi número telefónico y mi nombre, al fin al cabo necesito vender rápido y que haya menos inconvenientes a la hora de que cualquier potencial cliente desee comunicarse conmigo.

Pues bien, el pasado martes hice mi última publicación por aquella paltaforma y al día siguiente de publicarla he recibido la llamada de los que compraron, pero hoy en la mañana recibí una llamada al personal de un número que no tengo registrado, a mi número personal solo llaman personas registradas y cuando no, son bancos, la IPS, ofertas fastidiosas de Malestar y TIgo, pero en esta ocasión fue un hombre

-¿Tio, cómo está?-

-¿A quien necesita?- respondí

-Soy yo, su sobrino-

-Está equivocado- y le colgué

Al rato me llegó un mensaje de Android para bloquear y reportar o no el número, pero supuse que podía ser alguien que se estaba equivocando, no obstante, está tarde recibo un mensaje proveniente del mismo número de la mañana, lo transcribire textualmente:

SALTIN Y DUCALES te felicitan  por ser el "GANADOR" de un MAZDA 6 y $20'000.000$  CODIGO: (25-04) COMUNICATE YA! INF:3105448422  ¡GANASTE!

No compro ninguna de esas galletas y soy tan exceptico con las rifas que ni siquiera participo en ellas cuando son gratis, en esos casos inscribo a mis hermanas, entonces recordé alguna vez un mensaje similar con algunas llamadas de mismo género, es un método de estafa utilizado por los inescrupulosos para abrir la codicia de algunos tontos y con ello sacarles algo  de dinero, no mucho, pero con tanto tonto que habita este país, unos 10 millones aproximadamente, el dinero que se recolecta es bastante abultado.

Finalmente bloqueé y reporte el número a Google, a ver si estos ayudan más que... Ya saben, como dice un ñero youtuber: los chucaros