domingo, 21 de diciembre de 2014

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Faltando 23 horas y 40 minutos muy presto, realice el web check in para no tener disgustos a la hora marearme junto a la ventanilla y no encontrar otro que se adelantase a mi. Me sorprendió que casi nadie había hecho la reserva de las sillas - pero que estoy diciendo?, somos Colombianos y de algo nos podemos jactar, es que hacemos lo indispensablemente necesario de último - sin más que hacer, sólo el de pasar el rato en casa de la abuela, adormecí mi mente con la final del fútbol y ya finalizando noche organice la maleta... Aquella maleta que imaginaba no separar de mi espalda y llevar como equipaje de mano, fue incrementando de peso poco a poco y de tamaño por mas compactará la ropa en su interior, siempre sobrepasa las dimensiones permitidas, chucherías varias como otro par de zapatos, las chanclas de baño, la "TOALLA" - léase la guía de viajero intergaláctico, dejá la pereza - y todo ese extenso repertorio de consumibles para no apestar o no quedar colorado, de estos últimos a que me dedique concienzudamente para llevar en frasquitos y bolsitas zip, les perdí todo mi tiempo... Se iran por bodega, quedara en mi poder lo de mas valor, unos pañuelos, mis lentillas y la cámara.

viernes, 27 de junio de 2014

Viernes 13 y punto.

El viernes llegue un poco a tarde a la cita en la dispensario medico de la Infantería de Marina, a pesar de ello, creo que fui bien recibido y me ayudaron a organizar y empacar el equipo para su respectivo envío a Cali, sudaba a cantaros y no tuve la oportunidad del tiempo para llegar primero al hotel  y cambiarme con ropa mas cómoda - la del trabajo-, ya de noche no tuve mas remedio que buscar cajero para no pasar la noche a la intemperie pues tan solo llevaba conmigo dos mil pesos, el resto de los viáticos los había perdido -mejor dicho, me los robo Avianca-, afortunadamente pagaron anticipadamente.

Tome el único medio de transporte publico en estas latitudes, una moto taxi, al cual le pedí que me llevara hasta Puntapiedra, donde según un compañero de trabajo, conseguió hotel a cincuenta mil pesos, pero del cual nunca vi ni teléfono, dirección o una tarjeta de presentación; así fue como  llegue a la portería de varios hoteles que no bajaban de los noventa mil por noche, decisión final: regresemos al hotel de siempre, uno que tiene entrada aparte en este blog por lo particular de la noche... por no decir de asustadiza.

En el regreso, casi arrollamos un cangrejo enorme que pasaba la carretera principal, en el hotel tome una gaseosa y me arregle con un mejor atuendo para el calor para ir a cenar, único alimento real que tuve durante el día, pues me toco guardar las galleticas y los jugos del avión para distraer el hambre.

A esas de la diez de la noche, en una habitación al fondo y sin WIFI, comenzó a relampaguear y a aproveché para sortear una captura de un rayo con la cámara, ni uno solo, el aguacero fue tan fuerte que se cayó el suministro eléctrico y el aire acondicionado se apago, media hora después salí a reclamar porque no encendían la planta eléctrica y la respuesta fue un: no se puede.

La Triscaidecafobia me tiene sin cuidado, pero este viernes me la tenia negra, menos mal no se cayó el avión =). Toda la noche llovió, abrí la ventana, corrí la cama para no mojarme y pude dormir con la fuerte brisa que entraba y me refrescaba un poco.