"Aquí cayó un rayo", es el epitafio sobre la tumba de Omar Rayo en uno de los patios interiores del museo, excelente artista Colombiano, porque algo que si se puede ratificar con toda razón, es que fue Colombiano de convicción y no por obligación, no así como muchos otros, que al alcanzar fama, buscan refugio en otras latitudes y/o cambian de acento según el novio de turno.
La sala de exhibición permanente:
Un panorama del interior:
Florama - Zonica XI -Acrílico sobre lienzo 1995-96
La Patinadora - Acrílico sobre lienzo
La Pasión de la Ironía - Acrílico sobre lienzo
Torture for the Intruder - Acrílico sobre lienzo
Near-Ice - Acrílico sobre lienzo
Criatura Abisal - Acrílico sobre lienzo
Sala contigua de exposición permanente:
Biografía
Embrión de Dragón XXIII - Acrílico sobre lienzo 1997
Criatura Abisal - Acrílico sobre lienzo 2003
Corteza del Arco Iris - Acrílico sobre lienzo 2003
Ingreso a tercer sala: Panorama gráfico colombiano
Biblioteca
Aquí cayó un rayo
Segunda sala de exposición
Disfrutando de un ambiente artísticamente motivante, se hace una pausa para reflexionar.
Otras obras, de otros artistas, que me llamaron la atención, siendo yo, un absoluto ignorante en la materia:
David Manzur - Flores para un Planeta
Y ésta:
Vuelo Ascendente - Oleo_Maria Thereza Negreiros
Desde otro ángulo de la misma sala
No podíamos perdernos de la sala del intaglio, donde se expone lo que llaman el Zoo-Rayo:
Desde el mezzanine
Y un plano general:
Desde la primer planta
El maestro Omar Rayo en su juventud
Finalizando y maravillados con la exposición, el cuerpo comenzó a reclamar descanso y alimentos, es por eso, que nos retiramos.
Por mi parte, que nunca llevo recuerdos, no me pude contener y me he traído de souvenir una litografía enmarcada (31*31), lamentablemente, la mujer que atiende, no supo darme el nombre de aquella obra.
La primer vez que visite al Museo Rayo, hace trece años, lo hice por medio del Clan (Scouts), durante una peregrinación en el norte del Vale del Cauca para poder obtener mis insignias de RS (Rover Scout), no fue tan gratificante como ésta ultima, ya que íbamos de afán y estábamos deshidratados después de caminar durante casi dos días; no obstante, quedaron en mi mente plasmadas las obras geométricas del maestro y desde ese entonces se convirtió en mi pintor favorito.
Nos despedimos del Museo, ojala el gobierno no lo olvide y se continué fomentando la cultura, como lo ha estado haciendo.
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